La
Descomposición Social, un cáncer que nos carcome…
Aunque la
frase “homo
homini lupus” se atribuye a Thomas Hobbes, aparentemente
el reconoce que no es suya.
Pero que sea
suya o no, para el tema que nos ocupa no tiene relevancia, lo que si tiene
relevancia es el significado de la frase “el hombre es lobo para el hombre”
Y es que al
leer a Hobbes es fácil descubrir que con una ventaja de casi 100 años descubrió
lo que queremos describir en este artículo.
Y es que la
sociedad no está en crisis, sino que hace mucho tiempo ha tocado fondo, prueba
de ello es la descomposición social, la pérdida de valores morales, y en el
peor de los casos se ha trasgredido la línea que nos separa del irracionalismo
de los animales, actuando por instinto y peor aun acostumbrándonos tanto a ello
que se hace parte de lo cotidiano y en consecuencia se hace normal.
Las noticias
del día a día, la violencia, el asalto, la muerte, la sexualidad desordenada,
la corrupción, ya no nos asombra, antes bien estamos tan acostumbrados a ello
que no le damos importancia. antes bien el pillaje, el aprovechamiento de las
oportunidades que lesionan a otros, el egocentrismo, la ley del menor esfuerzo
son tan cotidianos que hasta nos parece que son lo mejor de lo mejor.
No hablemos de
valores religiosos que también se han desvirtuado, sino de valores como el
respeto, la solidaridad, la confianza, al valor de la palabra, la honestidad,
la honradez, el amor propio y al prójimo entre otros que de tanto olvidarles se
han perdido y cada uno corre su propia carrera sin tener en cuenta cuantos
callos ha pisado en el proceso.
Hoy por hoy se
ven muchos profesionales con mucha carga de estudios, con amplio bagaje,
muchísima experiencia y toda clase de conocimientos, pero siendo tan estudiados, son
tan maleducados que nunca aprendieron lo mínimo que una persona debe saber, que
es el respeto por los demás, por el solo hecho de ser “humanos”.
La solución
aunque si puede estar en la educación y el estado, radica realmente en la base
de la sociedad que es la familia. Pero hay mucho que cambiar para poder empezar
a producir un cambio real, este cronista cree que todos y cada uno
individualmente de los seres humanos tiene en sí mismo una pequeña parte de la
solución, si reflexionamos, si empezamos a vivir para servir, si aprendemos a
respetar y a valorar a los demás por encima de la edad o apariencia, o de su
capacidad intelectual, o su raza o su credo, o su filiación política o
religiosa, si practicamos la solidaridad, si aprendemos a amarnos y a
valorarnos tanto que podamos amar y valorar a los demás, si nos preocupamos por
alcanzar el éxito pero no a toda costa, entonces, solo entonces habremos hecho
algo por lograr una sociedad mejor, por trascender, por dejar un mundo mejor
para quienes nos van a suceder, entonces no será una sociedad en descomposición
sino en construcción.
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