8 de marzo de 2008

Las cesantías

Si bien es cierto que los intereses a las cesantías no duran, o no alcanzan, o son pocos, bien cierto es también que la gestión de las cesantías ha dependido de los legisladores, que han favorecido a las empresas que postulan los proyectos de ley que hacen que las cesantías pierdan su valor, y que sus intereses resulten siendo insuficientes.
Pero surgen dos problemas de este cuestionamiento. El primero que es el efecto último, es que esos legisladores han sido elegidos consientemente por quienes se quejan de que no alcancen. Por otro lado y es el primer elemento de este tipo de prestación, es que, si no la tuvieramos, seríamos más ordenados para regular nuestros gastos, proyectar nuestras inversiones y sostenernos con lo que nos ganamos. Las cesantías son el residuo de esas luchas obreras que pretendía convertir al trabajador en socio de la empresa, en trabajar menos y ganar más. os países que han tenido menos prestaciones sociales, como consecuencia de las relaciones laborales, son más ordenados en el gasto.

Colombia requiem por la Paz

La crisis diplomática de Colombia y sus vecinos, no es otra cosa que el ejercicio de la fuerza de la derecha y la izquierda, y el afectado es el que siempre resulta pagando por lo que sus gobernantes deciden, el pueblo. Pero vayamos a la realidad. El síndrome de la pelea conyugal ha llegado a las relaciones políticas y diplomáticas. La gallardía y grandilocuencia, no pueden borrar todo un buen historial de tradiciones hermanables y buenas relaciones. El auge de ideas de izquierda en contraposición a las ya establecidas relaiones de poder de derecha, no pueden tolerarse en el concierto de naciones. La vieja y anquilozada retórica antiimperialista pareciera querer surgir, y unos son lacayos del impreialismo y otros "mamertos" del comunismo.
Buena es la oportunidad para que los pueblos entienda que la presunta lucha polupar, respaldada por la miseria y angustia que causan las drogas, no puede ser emparentada con las luchas sociales benignas. No puede ser hermano aquel que esgrime el fusil sino hasta que lo deja, porque el ser hermano implica un sentimiento que impoide no hecerle daño al prójimo.